Windows 10 va por el camino de convertirse en la versión más ampliamente instalada de Windows jamás vista, siguiendo el camino de las dos ediciones más exitosas hasta la fecha: Windows XP y Windows 7. No en vano, según ha informado la firma de análisis Gartner, el 50 por ciento de las empresas habrán iniciado las implementaciones de Windows 10 cuando comience el año 2017.
“En el mercado de consumo, la actualización gratuita junto con un amplio apoyo de dispositivos heredados y actualizaciones automáticas aseguran que habrá decenas de millones de usuarios familiarizados con el sistema operativo (OS) antes de finales de 2015″, explica Steve Kleynhans, vicepresidente de investigación de Gartner. “Para las empresas, esperamos que la migración será mucho más rápida que la observada con Windows 7 hace ya seis años”.
Hay varios factores que están impulsando la migración, especialmente los relacionados con la toma de conciencia del fin del soporte para Windows 7 en enero de 2020, su fuerte compatibilidad con las apps y dispositivos con Windows 7, y una demanda acumulada para el despliegue en el entorno corporativo de tablets y dispositivos ‘2 en 1’. El resultado neto es que muchas empresas están planeando comenzar pilotos con Windows 10 en la primera mitad de 2016, ampliando sus despliegues en la última parte del año.
Uno de cada tres portátiles será táctil en 2018
Gartner también se aventura a vislumbrar cómo serán los ordenadores y equipos informáticos del futuro. En ese sentido, la consultora explica que, en 2018, las pantallas táctiles formarán parte de un tercio de todos los portátiles vendidos en ese año.
A medida que el precio de las pantallas táctiles disminuye, será más normalizada como una característica predeterminada para los ordenadores portátiles. Los precios se esperan sean mucho más competitivos a partir de la segunda mitad de 2016, en tanto que los procesos de fabricación siguen mejorando y la planificación de la migración a Windows 10 comienza a acelerarse.
Por otro lado, en 2018, el 30 por ciento de las empresas gastarán más en pantallas de visualización que en PC. Así, en un lugar de trabajo digital, los usuarios demandarán más espacio en la pantalla para su trabajo y ello traerá consigo el despliegue de pantallas de mayor resolución y mejor calidad.